“De nada sirve la tecnología si ésta no tiene en cuenta la realidad social”

El especialista en Ingeniería en Computación Alejandro Oliveros dio cuenta de la importancia que tiene la formación de profesionales que contemplen las demandas de la comunidad y la innovación tecnológica en beneficio del ser humano.

06-10-2022

En una etapa caracterizada por la fusión de tecnologías, por la innovación de los sistemas computacionales y por la modificación de los hábitos tradicionales vinculados con el empleo y la vida diaria, el coordinador de la carrera de Ingeniería en Computación, Alejandro Oliveros, observa una necesidad: quienes se formen en el desarrollo de datos y en procesos de automatización tienen que generar mecanismos que satisfagan las más urgentes necesidades sociales. “De nada sirve formar a profesionales que no tengan en cuenta qué es lo que sucede en su comunidad o cuáles son las mejores opciones para colaborar con la sociedad. Debemos buscar a ingenieros socialmente comprometidos con su entorno”, sostuvo el especialista.  

El concepto “Cuarta Revolución Industrial” fue acuñado por Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, en el contexto de la edición del Foro Económico Mundial 2016. Schwab sostiene que si la tercera revolución industrial es la revolución digital que estuvo en vigor desde mediados del siglo XX y se caracteriza por una fusión de tecnologías que está difuminando las líneas entre lo físico y las esferas digitales y biológicas, esta cuarta etapa está marcada por avances tecnológicos emergentes en una serie de campos, incluyendo la robótica, la inteligencia artificial, la cadena de bloques, la nanotecnología, la computación cuántica, la biotecnología, la internet, la impresión 3D y los vehículos autónomos.

Sobre su campo de aplicación docente, la Ingeniería en Computación, Oliveros manifestó que ésta abarca cada vez más situaciones cotidianas. “Podemos definirla como la integración del hardware y el software. Hoy en día la computación se encuentra fuertemente entrometida en la vida cotidiana. Pensemos en todos los artefactos que hay en un hogar común: todos ellos hablan el lenguaje de la electrónica, hablan en términos de bits”, destacó.

 

                                          

 

En la industria 4.0 hay cuatro tipos de principios de diseño: interoperabilidad (habilidad de máquinas, artefactos, sensores y personas para conectarse entre sí por medio de la internet); transparencia de la información (habilidad de los sistemas de información para crear una copia virtual del mundo físico); asistencia técnica (la habilidad de los sistemas para ayudar a las personas a agregar información de forma comprensible y la habilidad de los sistemas ciberfísicos para ayudar a las personas a dirigir tareas desagradables o inseguras para los humanos); y decisiones descentralizadas (habilidad de los sistemas ciberfísicos para tomar decisiones por sí mismos y desarrollar tareas de forma autónoma).

En este contexto, Oliveros destacó la demanda de profesionales con conocimientos en programación. Para él, los lenguajes de programación son similares a capas geológicas que se van superponiendo y mejorando unas por sobre otras. Por este motivo, considera que los especialistas en programación deben estar permanentemente actualizados y en correlación con las nuevas tendencias. “Modificar un programa no es como modificar una ventana de un departamento, se trata en realidad de cambiar el diseño original y para ello se requiere formación continua”, dijo.

Para suplir esta demanda de profesionales en el área, el coordinador de Ingeniería en Computación explicó que desde la carrera se ofrecen diplomaturas en Programación que contemplan 450 horas de clases: “Esto genera programadores pero, como decía anteriormente, no se acaba allí su formación, sino que recién comienza”. Asimismo, explicó que otro déficit tiene que ver con la incorporación de mujeres en el área y denunció que “lamentablemente existe una resistencia social a que las mujeres ingresen en el mundo de la tecnología”. 

Por último, si bien Oliveros consideró “prácticamente imposible” hacer pronósticos de cara al futuro, sostuvo que con el ininterrumpido avance de la tecnología existe un gran desafío en el porvenir de la humanidad: “Cabe preguntarse si nuestra conducta va a estar determinada por la tecnología disponible en el momento o si el propio ser humano va a inventar una tecnología acorde a su conducta”. Finalmente, se preguntó: “¿La tecnología nos dominará, la dominaremos, o existirá un híbrido?”.